Ya os comentaba hace unos días que andaba entre agujas y lana, intentando no liarme demasiado. Bueno, pues después de unos días de trabajo he conseguido acabar un par de portalápices.
El primero que hice fue el negro-azul, que empezó siendo un punto de libro, pero una vez acabado vi que era poco operativo (demasiado grueso, y no soporto que se deformen las páginas del libro). Así que seguí añadiendo un poco más por aquí y por allá y acabó transformándose en un portalápices para llevar lo justo: un par de bolígrafos y un lápiz, y para de contar.
El otro ya es un poco más grande, y sí que da juego para guardar un montón de cosas más. En mi caso, lápices de colores o rotuladores. Ver un montón de ellos de muchísimos colores.... ¡me pierde!
Espero que os gusten. Seguiré trabajando en ellos, y estaré encantada de que me digáis si se os ocurre alguna idea de cómo mejorarlos.
¡Un abrazo!